Somos madres, niñeces y profesores y profesoras investigadoras educativas de tres aulas comunitarias dialógicas. En cada aula hemos conformado comunidades de investigación en torno a las necesidades e intereses particulares de las aulas de las escuelas. Para nuestro trabajo investigativo ocupamos dos marcos teóricos: la pedagogía dialógica y la justicia social.
Nos guía entonces el interés de poder aportar a centros educativos de carácter público, puesto que pensamos que la escuela y jardines públicos son los lugares privilegiados de encuentro de las diversidades.
La pedagogía dialógica implica entender el acto de conocer con una conexión viva con la realidad de las niñeces. Esto significa entender que el currículum, no es una escritura cristalizada en un libro, sino que es eso, más las historias, las tradiciones, los relatos, las trayectorias, que realizan día a día los estudiantes, sus familias, y en un entorno territorial específico. Esta construcción involucra a los actores también en una dimensión histórica y política, puesto que estos se relacionan en términos socio afectivos, y les corresponde ponerse de acuerdo, tomar decisiones, tanto en forma interna de la comunidad de investigación, como de forma externa, muchas veces conjugando con intereses ajenos a los de la comunidad educativa que se conformó. La didáctica dialógica se ha descrito como una polifonía de voces, es decir, a una democratización de la palabra, la cual deja de estar guiada en exclusiva por el profesor o profesora. Se comparte así el proceso de enseñanza y aprendizaje, con niñeces, familias, aperturando a nuevos sentidos. En lo evaluativo, la pedagogía dialógica destaca la participación en la conformación de criterios de evaluación, visualizando las diversidades de significados, más que buscando una sola respuesta.
En cuanto a justicia social, en particular en este proyecto está pensando en la decolonialidad como perspectiva para observar(nos). La decolonialidad implica una mirada crítica, incluso sobre nuestro lenguaje, ya que éste ha sido impuesto como elemento cultural. Quijano (2014) se refiere a la colonialidad como relaciones de subordinación cultural, representación instalada simbólicamente sobre el poder, el Ser y el saber. En cuanto al Ser, que es el foco de este fondecyt, señala que los/as participantes de dicha cultura, que interiorizan una orientación valórica-cognitiva, en donde los elementos propios de la cultura de los dominados es subvalorizada y sus elementos culturales no se objetivizan, ni estudian, sino más bien se les etiqueta como subcultura.
Es un desafío para este proyecto poner esa referencia de decolonialidad dentro de proyectos educativos que influyan en el Ser corporal, epistemológico, epistémico y ser participante. Es decir, como se incorpora el cuerpo en el aula, los saberes del ser, la forma de conocer del ser, y como se participa. Estaremos preguntándonos sobre opresiones y transformaciones en cada uno de los aspectos del Ser, desde la raza, el género y la clase.
En lo metodológico, la perspectiva es la investigación dialógica-kishu kimkelai ta che, que considera la igualdad epistémica como principio de construcción del conocimiento. Es decir, las comunidades de investigación definen sus necesidades y toman decisiones sobre acciones pedagógicas, para luego observarse e ir re dirigiendo sus acciones.
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